Desde que se produjo el boom de la adopción internacional en España el número de niños adoptados ha ido descendiendo encontrándonos con que cada vez son menos las personas que eligen la adopción internacional como vía para ser padres.
Vamos a comentar algunas de las posibles causas para este descenso acusado.
Las técnicas de reproducción asistida: los avances en este campo han conseguido que sean muchas las familias que se decantan por esta opción para llevar adelante su proyecto de formar una familia. Se están consiguiendo embarazos en edades algo más tardías y eso da una oportunidad a las familias que por diversos motivos (laborales, económicos, familiares...) han tenido que posponer en el tiempo su proyecto de paternidad/maternidad. La fecundación in vitro con donante de óvulo es una técnica con una alta tasa de embarazos, aunque cualquier técnica utilizada en reproducción asistida resulta más eficaz cuanto más joven sea la mujer, especialmente por debajo de 35 años. En el caso de utilizar esperma de la pareja también influirá su edad, aunque en menor medida que la de la mujer. Por supuesto el estado de las trompas y de salud en general también influirán mucho para lograrlo. Por tanto, las técnicas de reproducción asistida constituyen una opción muy valorada por las familias, ya que en caso de lograr un embarazo tendrían la posibilidad de criar a su hijo desde el nacimiento, cosa que en la adopción internacional está del todo descartada.
Endurecimiento de los requisitos de los países: algunos países han endurecido sus requisitos, como es el caso de la República Popular China. Con su desarrollo económico y social las familias ya no necesitan dar a sus hijos en adopción y mucho menos que tengan que salir los menores del país. De este modo, los niños que se ofrecen para la adopción internacional son principalmente algo mayores y con algún tipo de enfermedad. Así, los requisitos de China, que en otro tiempo eran más laxos y sus tiempos de llegada del menor muy cortos, se han convertido en uno de los países que presenta unos requisitos más duros para los adoptantes y con unos tiempos de espera muy largos.
Niños con enfermedades: en Rusia y otros países del Este por ejemplo, es muy elevado el número de niños que presentan SAF (Síndrome de Alcoholismo Fetal) lo que hace que muchas familias que antes se interesaban por estos lugares de procedencia prefieran no intentar adoptar allí. Además se promueve la adopción nacional, lo que deja a niños mayores y con enfermedades en el canal de la adopción internacional, siendo probablemente la única vía para que estos niños puedan conseguir una familia. En el caso de China también son los menores con necesidades especiales los que se encuentran en disposición de ser adoptados internacionalmente.
El tiempo de espera: hemos llegado a un punto en que las familias ven dramáticamente incrementados los tiempos de espera para poder adoptar un niño. Hace unos 15 años se podía adoptar en un tiempo razonable, de alrededor de un año o año y medio; eran pocos los casos que precisaban actualizar sus informes por caducidad de la vigencia en el país. Sin embargo, ahora es normal tener que efectuar dos y hasta tres actualizaciones, que hoy en día se realizan cada tres años, lo que da una idea aproximada de lo dilatado en el tiempo.
Edad de los menores: actualmente es prácticamente imposible adoptar un niño de menos de tres años de edad, siendo lo habitual que sean niños a partir de los 4 ó 5 años, rango puede aumentar al hablar de las adopciones de grupos de hermanos.
Cierre de países: a lo largo de los años se van produciendo cierres o paralizaciones en diferentes países y ello provoca la desconfianza de las familias que se ven abocadas a tramitar un cambio de país y con ello volver a elaborar la identidad de su futuro hijo y su vinculación con el país de procedencia.
Por último, cada vez se tiene más presente que la maternidad subrogada (vientre de alquiler), que es ilegal en España pero puede realizarse en algunos países, es una vía utilizada por las personas que desean tener un hijo desde el nacimiento. Este forma de convertirse en padres tiene unos costes económicos en general muy elevados que no todas las familias pueden asumir y que al ser una práctica ilegal en nuestro país hace que no se tenga aún una idea clara del volumen real de menores que se convierten en hijos de españoles por esta vía.
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