Escoger el país de origen de nuestro hijo es una de las cosas que más preocupa a los futuros padres. Si en un primer momento madurar la decisión de escoger la adopción internacional como método para llevar a cabo el proyecto de formar una familia es un proceso largo y difícil, otro punto clave va a ser la procedencia de nuestro hijo.
¿A dónde me dirijo? es cierto que nuestra edad o tipo de familia va a ir condicionando que podamos optar por unos países u otros. En algunos no es posible tramitar la solicitud si se trata de una familia monoparental, otros países piden ciertos años como pareja, algunos solo aceptan matrimonios y no permiten la adopción a parejas de hecho, también la diferencia de edad entre el adoptante y el menor tiene que ser dentro de un rango, a veces se tiene la idea de poder optar a un bebé y sin embargo ser una persona de más de 40 años la que se dirige a la adopción, paternidad tardía, orfandad temprana solemos decir....
Por otro lado nos encontramos con que hemos decidido dirigir el ofrecimiento a determinado país y en un momento dado se cierran las adopciones y no es posible tramitar ninguna más, a veces estas paralizaciones son de pocos meses pero en otras ocasiones pueden durar años. Un gran problema ocurre cuando se paraliza un país y ya tenemos nuestro expediente tramitado allí, algunas familias optan por cambiar de país, desesperadas por la falta de movimiento en los expedientes y la incertidumbre sobre cuánto tiempo durará.
Durante los años del boom de la adopción se tramitaban muchísimas adopciones a la República Popular China ya que los tiempo de espera allí eran realmente breves y en menos de un año era posible ser padre de una niña china (casi siempre eran niñas), además tenía el aliciente de que la edad de los menores era muy corta. Hoy en día ya no hay ningún país donde se pueda adoptar en tiempo récord, ni siquiera en un tiempo más o menos breve. Uno sabe cuándo inicia el proceso pero es imposible determinar cuándo acabará.
Sea como fuere, si finalmente has optado por la vía adoptiva para cumplir tu deseo de ser madre o padre lo más importante respecto al país es que sientas una vinculación especial con él. A fin de cuentas tu hijo va a ser siempre de esa etnia o de esa raza y sería muy positivo que para tí sus rasgos físicos despertaran amor.
Tu hijo, según se vaya haciendo mayor, será cada vez más consciente de las diferencias entre sus rasgos físicos y los tuyos o los de los otros niños, se verá diferente y sabrá que es diferente. ¿Qué mejor manera de afianzar su autoestima que a sus padres les parezca precioso el color de su piel, sus ojos oblicuos, o la forma de sus labios? La autoestima se genera en la infancia, transmitiendo a nuestros hijos lo que pensamos sobre ellos, si tú estás orgulloso de su raza él también lo estará.

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